Uno de los grandes miedos del sector agrícola y vinícola es que la mayor parte de la producción o cultivos sea destrozada por una plaga. Este sector ha luchado durante toda su vida para mantener sus cosechas protegidas desde tiempos inmemorables. No obstante y durante diferentes épocas de la humanidad, no se ha sabido cómo luchar contra dichos desastres naturales. Como consecuencia, se produjeron las mayores hambrunas que conocemos hasta día de hoy. Por suerte, en la actualidad contamos con numerosos sistemas de detección y limpieza de plagas. Esto facilita numerosos consejos sobre qué hacer si tienes una plaga y cómo mitigarla.
Diferentes plagas para diferentes tipos de cultivo
No todas las cosechas son iguales y, por lo tanto, no todas las plagas o patologías son idénticas. Por ejemplo, los horticultores y los vinicultores se enfrentan a diferentes insectos y animales, como los topillos, trips, hongos, etc. No obstante, las plagas víricas suelen afectar de una misma manera a ambos cultivos, infectándolos uno a uno sin que estos últimos fueran afectados directamente por el insecto. Por otra parte, animales mamíferos como los topillos no suelen infectar los cultivos, sino que su acción es totalmente directa (al ser roedores, morderán las plantas y sus frutos).
Estas diferencias las deberás tener muy en cuenta cuando te preguntes qué hacer si tienes una plaga como estas.
Pasos para identificar y mitigar una plaga

Plagas de origen vírico, de hongos y a través de insectos
Los insectos son los mayores portadores de enfermedades a gran escala. Además, estos no se limitan a atacar viñedos sino que deciden alimentarse de otro tipo de cosecha para, más tarde, infectarla. Todo esto hace de las plagas víricas un verdadero riesgo para tus plantaciones sanas e infectadas. ¿Por qué? Porque el virus ha podido reproducirse hasta llegar a plantas que rodean la cosecha enferma e infectarlas -solo que aún no parecen dar signos de infección.
Existen varias enfermedades que pueden afectar a tu cosecha que debes tener en cuenta:
- Los trips son un amplio grupo de insectos invasores que se alimentan de las células de las plantas. A través de su aguijón, aspiran todos los nutrientes y sedimentos de las hojas de la planta, obstruyendo su circulación y, en consecuencia, dejando la planta seca y amarillenta. Además, pueden traspasar enfermedades víricas muy rápidamente en épocas de reproducción.
- La botrytis cinerea es un hongo neurotrófico que ayuda al ciclo de la vida natural. No obstante, cuando su uso se extiende a cultivos totalmente sanos, implica un daño bastante innecesario y devastador para la producción. Unos de los síntomas de la infección es el recubrimiento grisáceo de frutos y plantas. Si no se pone fin a esta plaga, gran parte de los cultivos, inevitablemente, se pudrirán.
Plagas de origen roedor y de daño directo
El daño directo es mucho menos peligroso que el daño indirecto que pueden llegar a causar los virus, bacterias y hongos. No obstante, que sea menos peligroso no indica que tu plantación se vaya a salvar si uno no actúa correctamente. Por eso mismo, hay que tener en cuenta los destrozos de numerosos roedores e insectos voraces que localizan nuestas cosechas y deciden alimentarse de ellas.
- Por una parte, los roedores más molestos suelen ser los topillos del campo. Estos tienen características propias de un ratón o de una rata y son muy fáciles de detectar. Los signos de tener una plaga de este tipo son muy simples: encontrar plantas con mordiscos por la parte inferior; madrigueras alineadas y tapadas, normalmente, por montículos de tierra o vegetación.
- Gran parte de las plagas invasoras de mosquitos suelen desarrollarse de una misma forma: al alimentarse de las células de las plantas obstruyen su circulación y mueren. Luego, también puede haber signos de mordiscos o pequeñas aperturas en hojas y frutos. De hecho, existen muchos insectos que parasitan la vid desde dentro de su fruto, se alimentan y reproducen, y repiten el mismo paso.
La prevención de plagas y su mitigación
En primer lugar, la defensa de tus cultivos pasa por conocer: la especie de plantas que cultivas; la época del año en la que te encuentras y sus temperaturas (que puede ser o no apropiado para según qué plagas); la localización de tu cosecha y si esta es susceptible de ser atacada; la monitorización constante de tus plantas y frutos y su estado (teniendo en cuenta la época del año y la geografía); la desinfección preventiva con biocidas.
Luego, en el caso de haber detectado una plaga, es importante que contactes lo antes posible con profesionales en controles de plagas y bioseguridad.